lunes, 30 de noviembre de 2009

Positivo

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Ahi estaba ella, una chica de 16, un dia ocioso de enero, enfrentada a su computadora, con una luz tenue y amarillenta iluminando el teclado, donde el sonido de las teclas era el que dominaba el cuarto. No habia musica, ni otras voces. Era solo ella, y el simpatico extraño que habia conocido solo hace dos meses, detras de la pantalla.

Sus palabras fluian como un rio a traves del chat. Sus penas, las mas profundas, las derramaba con aquel muchacho, que tan pacientemente leia cada palabra que ella ponia. El respondia, de una manera tan dulce y madura, que ella quedaba anonadada al leer esas frases casi poeticas, que le respondian a sus preguntas...

Al final de la conversacion el quiso que se encontraran, y ella, de una manera casi desesperada, le dijo que si. Plaza central, a las 9hs, y que si podia, que llevara una camisa blanca, para poder reconocerla.

Era otoño, pero no se notaba. Eran las 8:30 y ella salia a la calle, con los rayos del sol rozando su pelo, como si quisiera ya amanecer. Y en verdad para ella era un amanecer, un renacer a algo que sentia perdido y encontrado otra vez. Y aunque dudaba, tambien queria demostrarse a si misma que tenia el valor de seguir adelante, que nada del pasado podria detenerla en lo que el destino quisiera hacer con ella.

Decidida, salio, con su remera blanca de modal, moviendose su pelo suelto al compas de la brisa que habia esa tarde. Cuando llego, estaba oscureciendo, pero no se preocupo, ya que sabia que no duraria demasiado eso. Y ahi se veia el, ella estaba segura de que era el. Era como se imaginaba, y todavia mejor. Alto, piel bronceada y cabello castaño, tal vez parecia de mas edad que los 25 que habia dicho, pero tenia algo de niño en su sonrisa. Y alli estaba, esperandola a ella.

Ella sintio que su corazon latia cada vez mas fuerte a medida que se iba acercando. Y no sabia bien si eran los nervios o la emocion, o la mezcla entre ambos. Pero sabia que ese dia no iba a ser igual que cualquier otro.

Ella lo saludo, de una manera timida, y el le respondio, con una sonrisa seductora y perfecta. Ella trato de no quedar mirandolo; ya se sentia una tonta al tener que cerrar con fuerza su boca, al querer inconcientemente abrirse.

Empezaron a caminar por la plaza, muy despacio y con distancia. Empezaron a charlar de cosas superficiales, y de que habia hecho hoy, y que lindo dia que hubo. Se sentaron en un banco cercano, y siguieron hablando. El tenia un humor especial, muy suave y a veces ironico, que ella este ultimo tiempo se habia acostumbrado, pero que le encantaba. Ella sonreia, y se acomodaba el pelo, tratando de escapar de los nervios que sentia al encontrarse con la mirada de este muchacho.

El la invito a dar un paseo por el centro, y al encontrar un bar, entraron y pidieron unos tragos. Ella no se sentia comoda al estar ahi, el se dio cuenta, y ella trato de explicarle que no era el, sino ciertas cosas que le hacian recordar ese lugar. Siempre tuvo el autoestima muy baja, y las cosas que vivio con sus compañeros, le hicieron una gran marca dentro suyo.

El la comprendio, como siempre lo hacia, y le prometio que se irian tan pronto acabaran sus tragos. Pronto, ya estaban afuera, caminando por los boulevares del centro, y ella sentia el pasto humedecido en sus talones.

De pronto, ya estaban en el auto de este muchacho encantador, dando vueltas, pasando por enfrente del cine, de algunos restaurants, y de ciertos locales que ya estaban cerrando. Era sabado a la noche, y quien no saldria hoy.

El la miro, le sonrio, y ella respondio con un rubor que le cubrio el rostro. Le dijo que irian a dar un paseo al muelle que habia cerca de alli, uno que pocos conocian, ya que estaba en un lugar poco visitado.

Ella accedio, aunque no segura del todo. Pero se sentiria como una tonta si desaprovecharia esa oportunidad. Nunca tuvo una asi, y si esta vez lo arruinaba, no se lo perdonaria nunca.

Pasaron comercios, casas, y un poco de campo, hasta llegar alli.

Y como el habia dicho, era hermoso.

La luz del sol se habia transformado en un espectaculo celestial, con matizes rojos y anaranjados esparciendose por todo el firmamento, como un mantel mostrando sus mas elaborados platos.

Quedo maravillada ante tal hermosura. Sin pensar, ella cerro los ojos y disfruto del aire salado que parecia entrar en sus pulmones y purificarlos profundamente. Parecia que duraba una eternidad.

Sintio de pronto un roce suave en su cintura. Dos manos sostenian su cintura, como si fuera una seda delicada, que luego la rodearon en un abrazo. Ella sentia como algo adentro suyo quemaba, de una forma desorbitante y desconocida para ella. El la acerco hacia su cuerpo, sin palabras, solo una respiracion tranquila por su parte. Ella seguia con sus ojos cerrados, pero con miedo de abrirlos y despertarse de aquel sueño.

Suavemente, el la dio vuelta, y se encontraron sus miradas. Ella instintivamente miro para abajo, pero el, levantando su menton, le dijo que no tenga miedo, que solo queria hacerla feliz. Que habia sufrido mucho ya, que no se merecia que la siguieran dañando, que se anime a vivir. Ella lo miro, y sin pensarlo quedo presa de sus labios. No sabe quien avanzo, pero tampoco le importo. Solo sabia que esa calidez que estaba sintiendo era mas real que todo lo que antes habia vivido.

La cargo en sus brazos, y la llevo al auto. El la puso en el asiento trasero, y el se acomodo alli tambien. Ella iba sintiendo el peso de su cuerpo en el propio y sus manos tocando su espalda. Sentia el calor de su cuerpo en el de ella, y no le importo nada mas. No le importo la hora que su madre le habia impuesto para que llegara, no le importo el momento ni el lugar, no le importaron sus votos. Solo queria vivir ese momento, solo queria experimentarlo, no tenia esperanza de que se diera una vez mas. Y lo dejo fluir.

Sintio cada golpeteo, cada murmullo. Sentia como cada latido de su corazon se sincronizaba con el de el. Sintio el placer, lo mas grato que habia sentido hasta ese momento. Sintio que el mundo se acababa, pero de la forma mas hermosa que podria ser.

Y de pronto oscuridad.

Los rayos del sol le molestaban a los ojos. Era el otro dia y ella estaba en la misma playa que el dia anterior. Estaba fria, y su ropa estaba sucia. Se levanto de repente y miro para todos lados para ver donde estaba el. Sentia un leve mareo, no se acordaba bien de lo que habia pasado despues. Se levanto como pudo y vio como entre sus ropas caia un papel.

Lo levanto y leyo. Y se arrepintio de haberlo leido.



Su mente quedo en blanco por unos instantes. Sus piernas se entumecieron hasta llegar casi a su cadera. Cayo de rodillas en la arena. No podia ser. Eso no podia ser cierto. Tenia que ser un sueño, no podia ser real.

Y solo pudo llorar.



En ese papel decia en una letra cursiva, hermosa y prolija: Bienvenida al mundo del VIH positivo...



Que fue de ella. No lo quiero seguir imaginando. Podria haber terminado peor, si. Pero que es mejor al final? Quien saca el dolor? La desesperanza?

Solo espero que ella tenga la fortaleza de luchar. Porque aunque ella no lo crea, ella tiene una vida, y la tiene para vivirla a pleno. Solo espero que nunca se rinda...



––––•(-• V!R •-)•––––

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