A decir la verdad, hay una gran diferencia entre ser un músico cristiano y ser un adorador. Músicos, por ejemplo, eran los trompetistas que acompañaban al pueblo de Israel en las batallas; y adorador, lo era David, el siervo de Dios que siempre tenía un motivo para exaltar al Señor.
¿Tu eres un músico cristiano o un adorador?
1. El músico se basa en su talento; el adorador en su llamado...
El éxito de un músico pasa por su gran talento, pero para el adorador pasa en responder a su llamado, al ministerio que Dios le dio.
2. El músico lo es por gracia de Dios, el adorador por la presencia de Dios...
La gracia hace que un creyente sea un músico cristiano sin merecerlo; la presencia de Dios lo conduce a la integridad en el servicio.
3. El músico lleva a otros a buscar a Dios, el adorador comparte lo que tiene de Dios en él...
Un músico motiva a otros a alabar a Dios, el adorador alaba y comparte con otros la presencia de Dios que fluye en su ser.
4. El músico es orgulloso, el adorador da la gloria a Dios...
El músico se preocupa por ser primero en el servicio, el adorador primero pone a Dios y luego en humillación le sirve a Él para Su gloria.
5. El músico usa un instrumento para adorar a Dios, el adorador es el instrumento de Dios para Su adoración...
Dios no usa instrumentos de material para bendición de otros, usa adoradores humildes y sedientos de su presencia para convertirlos en canales de bendición.
6. El músico invita a los adoradores, el adorador es auténtico...
El músico observa a los adoradores para imitarlos en el servicio, el adorador es auténtico, humilde y es imitado por otros en su espíritu.
7. El músico es humano, emocional; el adorador es espiritual...
Todos pueden ser músicos con un poco de práctica y talento; adoradores solo lo son los que desarrollan un espíritu quebrantado, humilde, de compromiso y de santidad.
“Vengan, adoremos de rodillas; arrodillémonos delante del Señor, pues El nos hizo.”
Sal 95:6
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